El hielo y la muerte

La Antártida como frontera de lo racional en la literatura de terror.
06/06/2021

Los extremos en la imaginación humana siempre son territorios de la aventura. Sean físicos, mentales o geográficos, lo que habita más allá de las fronteras es un reto al espíritu humano, una promesa de conocimiento, pero también una fuga y una promesa de libertad… Lo inexplorado es un llamado a la épica, sean las estrellas en la ciencia ficción, la naturaleza humana en el terror o la conquista de territorios en las epopeyas.

Las sociedades modernas con sus seguros médicos, sus instituciones, sus convenciones sociales, las tecnologías, la hiperconectividad de las redes, su arte burgués y la publicidad como un evangelio en cuentagotas, nos privan diariamente de las incertidumbres que nos recuerdan lo efímero de nuestra existencia. Estas afirmaciones no son una crítica social. Celebro y denuncio como todes, lo que el sistema ofrece o niega, no soy un nostálgico de las privaciones que sufrimos como colectivo hasta no hace mucho tiempo atrás.

Mi trabajo, hoy, pasa por recomendar ficciones ajenas y en el mejor de los casos, con suerte, entender qué las hace funcionar.

Creo que hay lugares reales que, por extrañas circunstancias, tienen en el imaginario popular el mismo aroma que las leyendas. Decir Kilimanjaro, Tíbet, Siberia, isla de Pascua, Groenlandia y Antártida, es casi decir, Mu, Atlántida, Shangri-la o el Dorado.

El mundo se reduce día a día, las innovaciones tecnológicas en los últimos cien años han sido apabullantes, las consecuencias del iluminismo han mutilado el misterio. Solo sobreviven ocultas bajo una romántica sombra algunas regiones. En parte, creo, gracias a la literatura.

Las ficciones custodian y acrecientan, desde siempre, el símbolo inefable de nuestro viaje por el mundo.

Como argentinos poseemos una región del planeta que es esfinge, misterio, bruma poética, aventura, épica y gesta. Tenemos la Antártida…

Las regiones heladas en los polos del mundo han alimentado la imaginación de la humanidad desde su descubrimiento. Desde gigantes de hielo en los mitos nórdicos o el hogar de Papá Noel según las agencias de publicidad de la Coca-Cola, Superman y su fortaleza de la soledad, el Frankenstein de Mary Shelleyen y The Terror de Dan Simmons transcurren en el polo norte o en sus inmediaciones. En la contracara sur encontramos pesadillas escritas por Poe y Lovecraft, poemas de Neruda, aventuras de Verne y del vecino Coleane.

La dureza climática, la lejanía y lo blanco de sus escenarios hace que el tono surrealista que ofrece la Antártida sea casi extraterrestre, tal vez por eso fue materia dúctil para pesadillas literarias.

Hoy vamos a hablar de dos de ellas.

 

Reseñas

Arthur Gordon Pym de Nantucket

Edgar Allan Poe es el padre de las ficciones modernas, ensayista, poeta, cuentista y novelista. Admirado por Cortázar, Borges, Baudelaire, Navokov y un largo etc. Asolado por excesos y una cercanía temprana con la muerte, su paisaje interior fue de pesadilla. A mitad de camino entre el romanticismo y el iluminismo, como las grandes catedrales góticas del siglo XIV, su obra es oscura, pero su construcción es racional.

Escribió una sola novela, que publicó inconclusa y por entregas en diarios de la época. Más tarde compilada en un libro, La narración de Arthur Gordon Pym.

De acción trepidante cuenta la historia de Pym, polizonte en un barco con rumbo a las más australes de las latitudes. En su periplo, habrá motines, canibalismo, surrealismo, experimentación literaria y un final apoteósico y de pesadilla.

Los hielos polares son, en este caso, el destino final del protagonista. Son símbolo de lo incomprensible, del terror, como si fuera una de las caras más terribles de una deidad demente. Son la materia de lo que están hechas las pesadillas…

En las montañas de la locura

Es una da las obras más famosas de H. P. Lovecraft, escritor de culto, creador del género de terror cósmico. Lovecraft era un profundo conocedor y admirador de la obra de Poe y lo sentía su maestro. Esta obra es un tributo a La narración de Arthur Gordon Pym. Pero donde Poe encuentra el final para su obra, Lovecraft encuentra el comienzo. La intertextualidad y el fanservice hermanados por el horror.

Una expedición científica llega a la Antártida para explorar y buscar restos geológicos para su estudio. Hubo dos exploraciones previas ambas desaparecidas. Esta novela forma parte del ciclo Los mitos del Cthulhu. Lovecraft fue uno de los primeros escritores en construir un cuerpo literario orgánico. Sus obras comparten un universo en común y en el centro de ese cosmos está el mito del Necronomicón (un libro maldito, escrito por un persa demente, hace cientos de años atrás).

Muerte, horror, misterios, razas ancestrales, locura y el rostro del mal en su sentido más metafísico es lo que esta obra nos regala.

Nuevamente los hielos australes como escenario de un mundo desconocido y alienante. Metáfora de la condición humana, sus fortalezas, temores y debilidades.

 

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Sección
Rincón Literario – USH Magazine VI (Edición Especial Antártica)

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